Esta es la última foto que conservo de Martha.
Cundo la hice Martha ya estaba enferma. Contaba que le
costaba respirar y que casi no podía caminar, que sentía como si una sombra la
persiguiera. Pero yo necesitaba una imagen de su rostro perfilado para una
campaña publicitaria.
Como un favor personal acudió a mi estudio y trabajó posando mientras tuvo fuerzas.
La fotografié con diferentes exposiciones, con iluminaciones
variables y con distintos filtros.
Pero no conseguía captar el espíritu de Martha por el cual
la había llamado.
Martha se quejaba de que no podía aguantar mas y que quería
marcharse.
Le pedí una última foto y ella aceptó.
Preparé la máquina y en el momento de pulsar el obturador
Martha movió la cabeza hacia su derecha como si hubiera escuchado una voz que
la llamaba.
En ese momento tomé la foto. Y Martha se desplomó en el
suelo, supongo que de puro agotamiento.
La foto era perfecta. Era la Martha que yo buscaba con sus
preciosos ojos verdes y esa mirada que asusta a la vez que cautiva.
Trasladé a Martha al hospital y, por supuesto, pagué todos
los gastos para su recuperación.
Marché a mi estudio para maquetar la fotografía y allí fue
cuando descubrí la sombra que estropeaba la fotografía.
No entendía como una mujer joven y delicada podía tener la
sombra de un viejo desagradable.
Corrí al hospital a preguntarle que había pasado y la
encontré ya vestida, sonriendo y despidiéndose del personal sanitario.
Parecía feliz, nunca la había visto tan contenta.
Le enseñé la foto y le pregunté quién es esa sombra. Me
respondió que esa sombra es ahora Martha y que Martha es la sombra.
Volvió a sonreír y me besó en la boca. Me dijo que podía
eliminar la sombra con Photoshop al igual que ella había borrado el espíritu de
Martha.
Y así lo hice. La foto se publicó limpia y sin restos de
sombra.
Resultó un gran éxito profesional y relanzó la carrera de Martha
hacia el estrellato.
Tardé varias décadas en descubrir quien era el anciano de la
sombra. Y la verdad es que me hizo feliz la respuesta.
Porque esa sombra tenía mi propio rostro de anciano y sabía
que en un extraño suceso del espacio-tiempo cambiaría de cuerpo con Martha y le
robaría su vida para volver a ser joven.
Estas historias me dejan como goofy en estanaue, flotando del que puede suceder despues y a veces perturbado
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